CONSEJOS PARA REFRESCAR UNA BODA DE VERANO
Las bodas celebradas entre junio y septiembre al aire libre no deben comenzar antes de las ocho de la tarde. Visitaremos los enclaves de la ceremonia y banquete unos días antes, para ver cómo se respira en esos ambientes.
Procuraremos facilitar espacios con sombra a los invitados, sobre todo en la recepción, cuando todavía hace sol.
Son fundamentales las fuentes y estanques, el sonido de su agua refresca el ánimo, y visualmente no hay nada más refrescante. En su defecto, la decoración contará con elementos acuáticos abundantes
Los colores azul y verde se imponen en flores, jarrones, arreglos, etc. Huiremos del rojo, naranja y amarillo, que caldean el ambiente.
Truco: Las velas y antorchas, aunque son preciosas, están desaconsejadas durante el día, pues dan calor incluso siendo pequeñas. Podremos encenderlas una vez que haya anochecido.
Los abanicos, sombreros y sombrillas, así como el agua fresca para beber, se agradecen mucho en una tarde de verano, en la que la espera de la novia puede ser sofocante si la climatología se empeña.
Las barras que emiten vapor de agua fresca bajan las temperaturas muchos grados, aunque no todas las fincas las tienen todavía.
Finalmente, si te casas en verano, coloca plantas aromáticas como la albahaca y la menta en las mesas, conseguirás que los mosquitos no acudan, y un aroma fresco encantador.
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